Aprendiendo juntos



Algunos docentes, a veces adoptamos en el aula una postura de omnisapientes, olvidándonos así de nuestra verdadera función. Cómo podemos hacer de los alumnos seres críticos e investigadores si nos colocamos en el papel de meros trasmisores de conocimientos, que lo pretendemos saber todo.

Tenemos que darnos cuenta que somos personas, que nos equivocamos y aprendemos de ello. Como somos seres humanos, además de docentes, siempre vamos a tener más capacidad o talento para determinada/s disciplina/s o área/s, lo cual hace que a veces nos encontremos con dificultad al momento de enseñar otras. Podemos intentar enseñar lo mejor posible esas disciplinas que nos causan dificultad, pero siempre nos encontraremos con algo que no sabremos como solucionarlo.

La clase debe ser un ámbito en el cual interactúen: alumno, docente y aprendizaje. Aprendemos juntos, a cada momento y en cada situación, llegando así al verdadero conocimiento.

Les voy a comentar dos experiencias vividas que ilustran claramente, lo expresado en el enunciado anterior:

  1. En un sexto año, una vez coloqué una situación problema y María, una de mis alumnas lo resolvió utilizando una estrategia que no era la convencional. Traté de resolverlo por mí método pero no llegué a entender el proceso, sin embargo el resultado era el mismo. La actitud que tomé fue de pedirle que ella me lo explicara y después le dije: “No logro entenderlo, pero eso no quiere decír que no lo hayas realizado bien, así que vamos a pedirle ayuda a la maestra del otro sexto”. Y así fue, la otra maestra llegó a entenderlo, tenía mucha capacidad para la matemática, a diferencia de mi que sólo trato de enseñarla lo mejor posible.
    Muchas veces nos encuentramos con situaciones que no comprendemos pese a que ponemos todo nuestro empeño y dedicación.
  2. En una clase de segundo grado, después de plantear una producción de texto vino una niña llamada Abegail con su trabajo ya terminado, el cual leímos juntas. Allí me encontré con una palabra de esas, que uno nunca sueña que alguien vaya a usar. Entonces, no estuve segura de si la niña la había escrito correctamente, por tal motivo le dije:
    “No estoy segura de cómo se escribe esta palabra, así que para verificarlo, fíjate en el diccionario. Al rato volvió y me dijo: “Maestra está bien escrita, gracias”.

Los niños perciben cuando somos sinceros y queremos lograr que ellos aprendan de la forma adecuada.

Si queremos establecer un buen vínculo con nuestros alumnos, debemos abrirnos de alma y corazón mediante el diálogo crítico, cariñoso y sincero.

Dos por tres tengo un familiar que me dice: “Cuando era niño me desepcionaron las maestras porque yo les cuestionaba algunos conocimientos, pero ellas siempre decian que tenían la razón.
Una vez, estabamos dando la “fotosíntesis” y la maestra nos explicaba que ese proceso sólo se producia en las plantas de día, debido a que de noche no tenían luz. Se lo puse en duda, y le contesté que eso estaba equivocado porque de noche hay luz, entonces, la planta también realiza fotosíntesis en ese momento del día. Ella me siguió diciendo que estaba mal, pero yo sabía que mi opinión era la cierta.”
Esto es para que vean cómo nuestra manera de enseñar puede afectar a un niño para toda su vida. Es preferible decir, no sé, vamos a buscar información sobre el tema en duda, que enseñar como si todo tuviera una sola explicación o como si existieran las verdades absolutas.

Cuando oígamos que un padre le comenta a su hijo, “tu maestra se equivoca en algunas cosas”, tenemos que responderle, “sí, erro como cualquier ser humano, no hay forma de que sepa todo”.

El creer que sabemos todo nos hace caer en la ignorancia. El verdadero saber, es el que se logra por medio del esfuerzo, de la duda, de la investigación y de la puesta a prueba. Y lo que hoy puede ser verdadero quizás mañana no lo sea, porque todo se transforma.

Como dijo el filósofo griego Sócrates: “Yo solo sé que no sé nada”.

Comparto con ustedes esta frase creada por mí:

“Aprendemos juntos, a cada momento y con humildad”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con tus apreciaciones de la importancia que puede llegar a tener un maestro en el desarrollo de un niño.
Creo que la educación es tan compleja que cuesta mucho trabajo cambiar el centralismo del profesor como "el que todo lo sabe".
Mi opinión es que la solución se dará en la medida en que más docentes reflexionen sobre su labor y elaboren propuestas prácticas y colaborativas.
Saludos Cordiales

Pamela Ferreira dijo...

Me parece lo mismo que a tí, tenemos que reflexionar cada día sobre nuestra labor y autoevaluarnos.

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